lunes, 24 de octubre de 2011

[NOTICIA] El vallenato de ahora es puro lujo, perdió su esencia: Juan Piña


En una esquina al norte de Barranquilla, la brisa, el sol y el ruido de los carros no fue impedimento para entablar una amena conversación con uno de los cantantes costeños que le ha entregado al país y al mundo grandes éxitos musicales.

Juan Piña, con la misma sencillez que lo caracteriza, abrió su corazón nuevamente, pero esta vez no para hablar de la tristeza que le produjo la muerte de su gran hermano Joe Arroyo, sino para presentarle a Colombia su reciente producción musical Juan Piña le canta a San Jacinto. Este álbum, que consta de diez canciones, lo grabó junto al acordeonista Rodrigo Rodríguez.

“Este CD lo acabo de sacar por mi propia cuenta y riesgo, porque las disqueras ya no tienen para pagarle a uno”, expresó el artista.
Los diez temas que escogió para esta producción hacen parte de su historia como músico. Entre ellos se destacan Mercedes, El viejo Miguel, La hamaca grande y La maestranza, entre otros. Éxitos compuestos por Adolfo Pacheco y Antonio Hernández.

Juan Piña, quien durante la entrevista saludaba a los transeúntes y a los taxistas que estaban a su alrededor les preguntaba si conocían algunas de las canciones, recalcó que “nadie le ha dado la difusión que merecen estas composiciones. No son mías, son de grandes maestros”.
Además, apuntó que el objetivo de esta nueva producción es rescatar el estilo vallenato de las canciones de antes, es decir con caja, guacharaca, guitarra y acordeón.

“El vallenato de ahora es puro lujo, se ha perdido la esencia, no es un vallenato auténtico. No lo comparto, no me gusta, pero respeto a quienes lo hacen”, anotó el cantante.
También se refirió al mensaje que dejan las letras de estos tiempos, en las cuales según él denigran a la mujer.

“Ahora en el vallenato se dice: te vi desnuda, tírate a la piscina. Maltratan a la mujer y eso va contra mis principios. Yo nací de una mujer y Dios me premió con siete hermosas hijas”, puntualizó Juan Piña con total sinceridad.

Por Brenda Romero Martínez
Twitter: @brendaromerom



Fuente: El Heraldo

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